Con muchísima expectativa por las pescas que se venían realizando, micro lleno y un clima sencillamente espectacular se realizo nuestra tan esperada excursión al río salado, mas precisamente al pesquero Arroupe.
Cuando llegamos nos encontramos la costa abarrotada de coches y de pescadores, nos tuvimos que dirigir al fondo del campo, donde termina el pesquero para encontrar lugar disponible ya que eramos mas de 30 personas.El día sencillamente radiante, aunque demasiado cálido para la época, se presentaba con viento noroeste moderado que rizaba el agua y el río bajaba suavemente. Comenzamos las pruebas a distintas distancias de la orilla, observando al poco tiempo que la que mas rendía era lanzando al medio del río, con puntero pesado, tirando lo mas lejos posible. Con algo de esfuerzo fuimos obteniendo pejerreyes de discreto tamaño que algunas veces superaban los 30 cmts, pero eran las menos.Otro factor que nos jugo en contra fue la carnada ya que esta vez era demasiado grande para el tipo de anzuelo que debíamos utilizar, realmente pensamos que las porciones, que suelen ser excelentes estarían acordes al tipo de pesca que realizaríamos, ya que se lo dijimos al vendedor pero... esta vez no lo fueron.
El filet de dientudo que muchas veces suele ser mortal, esta vez no funciono. Se nos agotaban las cartas que podíamos jugar para hacer una buena pesca así que optamos por la perseverancia y el detalle, es decir encarnes muy prolijos eligiendo las mojarras mas chicas o cortando las mas grandes en diagonal y encarnando la mitad.
Así comenzamos a obtener buenas respuestas, que la mayor parte de las veces se daban cuando la linea caía al agua y hacia ruido o moviendo un poco la misma mientras derivaba río abajo.
Para el mediodía la mayoría promediaban entre las 6 y 10 capturas, algo escaso para las expectativas generales y además sabíamos que se estaba pescando bien, aunque lógicamente aquellos que pescamos pejerrey desde siempre, sabemos que una temperatura de 30º c a fines de Abril no es muy beneficioso para la pesca sino todo lo contrario.Al mediodía muchos decidimos hacer un alto y buscar la sombra que proyectaba el micro ya que el calor era verdaderamente insoportable y gracias a dios por la ubicación de la costa en este pesquero el sol nos da de espaldas ya que de lo contrario hubiera sido realmente un infierno el calor combinado con el sol de frente y el reflejo del agua.
Después de una pausa reparadora volvimos a la actividad y el pique comenzo a repuntar obteniéndose mas cantidad y hasta mejores tamaños.
El triplete de Julio, obtenido en este caso no con panzudo sino por panzudo !!!
Un párrafo aparte para Marcos, un pequeño pero gran pescador, que nos tiene acostumbrados a ser protagonista obteniendo las mejores piezas, realmente estamos formando un "monstruo" ya que tiene sobradas condiciones para dentro de muy pocos años transformarse en un excelente pescador ( pobres de los que les toque competir con el en un concurso a la pieza mayor)
Emociono mucho también el sentido aplauso que se llevo espontáneamente de parte de todos los que asistiamos atónitos a su incesante desfile pidiendo "la foto" para luego subirla a esta pagina. Realmente es una tremenda satisfacción para nosotros ver como los chicos como Marcos van progresando y se van transformando en cañas "temibles".Si hay varias razones de ser de un club de pesca creo que esta sin dudas debe ser la primera.
La tarde llegaba a su fin y mientras la mayor parte del grupo se agrupaba en torno a la parrilla para comer la choriseada de rigor que incluimos en todas nuestras excursiones, venían llegando noticias de un par de locos que habían caminado mas allá del alambrado y estaban haciendo una excelente pesca de pejerreyes de entre 35 y 40 cmts. Muchos se miraron incredulos pero cuando me entere de quienes se trataba no me extraño para nada la "hazaña". Se trataba de Alfredo Ruggiero con otro amigo y de Carlitos Gracia pescadores que ya sabemos siempre logran encontrar el método indicado para hacer excelentes cosechas.
Realmente estos muchachos hicieron un pescon obteniendo alrededor de 40 pejerreyes cada uno que no bajaban de los 30 cmts y que muchas veces superaban los 40. El secreto fue boyas medianas a grandes anzuelo del 3 al 1 mojarra grande y lances bien largos, al limite de lo que puede lanzar una caña de pejerrey, acompañar la deriva del aparejo y por sobre todo, no aflojaron un segundo, siempre mantuvieron la iniciativa hasta que encontraron la manera de obtener buenos piques.
Cansados pero felices y con la panza llena regresamos a nuestro club con un atardecer que nos regalaba nubes rojizas y una tempreatura increíble.Con el plus de no tener que manejar agotados, el regreso se torno mucho mas placentero el viajey juramos volver por mas en cuanto bajen las temperaturas y se acomoden en valores acordes a la época.
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